LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA AUDICIÓN



Aunque todos creemos tener claro en que consiste oír, la audición es un proceso complejo en el que transformamos ondas de presión (el sonido) en impulsos eléctricos (a través de las células ciliadas que están en la coclea) y finalmente en información que nuestro cerebro ha de interpretar.

La pérdida auditiva se puede producir en distintos lugares:

Si se produce por tener el tímpano o la cadena de huesecillos dañados se produce una pérdida auditiva de transmisión, no llega el sonido a las células ciliadas con la intensidad suficiente y se oye más flojo, en estos casos necesitan que el sonido les llegue a un mayor volumen.

En el caso de que estén dañadas las células ciliadas hablamos de pérdida auditiva neurosensorial, según las células que se hayan dañado oirán mejor unos sonidos u otros, por ello se puede dar el caso de que haya gente que nos diga que “oye pero no entiende” incluso gente que a mayor volumen entienda menos, es lo que se conoce como reclutamiento.


En el caso de que se combinen los dos tipos de pérdidas auditivas hablamos de pérdida auditiva mixta.

También se pueden producir pérdidas de audición temporales por acumulo de moco en el oído medio.

Cada tipo de pérdida auditiva ha de ser tratada de forma diferente, de ahí la importancia de un buen análisis auditivo.

Por último una puntualización, no es lo mismo un audífono que un amplificador. Un audífono es un dispositivo adaptado por un Técnico en Audiología Protésica que aporta los niveles de volumen necesarios en cada frecuencia para que el usuario pueda entender bien, mientras que un amplificador aumenta el volumen de forma indiscriminada, sin adaptarse a la pérdida auditiva de quien lo lleva.

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